Prensa BAER. – El Aeropuerto Internacional GJ. Santiago Mariño de Nueva Esparta, no es solo un conjunto de pistas y terminales; es la arteria vital que, durante medio siglo, ha sostenido el pulso económico, social y turístico de la Isla de Margarita, el enclave caribeño más vibrante de Venezuela. Al cumplir 50 años desde su inauguración, su historia es un reflejo fidedigno de la propia evolución de la Perla del Caribe.
La Era de Oro y la Magia de sus Locaciones
Inaugurado en una época, donde el auge petrolero venezolano alcanzaba su cénit, la terminal margariteña fue concebida para ser más que un simple sustituto de la antigua pista. Su puesta en servicio marcó la consolidación definitiva del estatus de Puerto Libre de Nueva Esparta, atrayendo no solo aerolíneas nacionales, sino también las primeras rutas internacionales al Oriente venezolano, que trajeron consigo un flujo constante de turistas de Europa y el continente americano.
Durante décadas, se ha erigido como la imagen de la prosperidad, donde vuelos semanales aterrizan cargados de visitantes ávidos por disfrutar de sus playas y, más importante aún, de las oportunidades de transitar lugares, en los que la naturaleza muestra su esplendor auténticamente salvaje, hasta sitios que, la redención humana es alcanzada por la fe, que se vive en la Basílica de Nuestra Señora del Valle.
Un Testigo de Transformaciones
Como todo gran testigo histórico, la terminal insular ha navegado por aguas tranquilas y tormentosas. Ha sido epicentro de modernización con ampliaciones de plataforma, renovación de equipos de navegación y mejoras en las terminales, para optimizar la experiencia del pasajero y cumplir con los estándares aeronáuticos globales. Pero, también ha resistido los embates de la pandemia, las sanciones económicas y las fluctuaciones geopolíticas, producto de las medidas y agendas pro injerencistas, que han impactado el sector aéreo nacional en los últimos años.
Sus instalaciones han servido de puente aéreo para la conectividad de los insulares con el resto del país y el mundo, además, es herramienta clave para la coordinación, interacción, cooperación y solidaridad, que promueve el turismo receptivo. Sin duda alguna que la resiliencia de la infraestructura y del equipo humano, detrás de ella, es lo que realmente se celebra en este 50 aniversario.
El Reto de la Conexión Futura
Hoy, al cruzar el umbral de las cinco décadas, el desafío del Aeropuerto Internacional GJ. Santiago Mariño, no es solo mantener su operatividad, sino superar cualquier escollo que atente con expandir la conectividad. El resurgimiento de Margarita como destino internacional pasa, inevitablemente, por el fortalecimiento de este epicentro aéreo.
El futuro pinta positivo, actualmente Bolivariana de Aeropuertos (BAER) trabaja en conjunto con el Ejecutivo Nacional para formular nuevas alianzas estratégicas, donde el alto índice de aerolíneas permita diversificar los mercados emisores y la mejora continua de la calidad del servicio, recordando que el aeropuerto es la primera impresión que el visitante se lleva de la isla. Cincuenta años después, este recinto aéreo sigue siendo la esperanza tangible de una Nueva Esparta que sueña seguir volando alto.
TEXTO: RICHARD ESPINOZA GARNIER/ MARILYN HERRERA/ JHORDANA CHACÓN.
FOTOS: PRENSA AEROPUERTO DE PORLAMAR.